miércoles, 7 de abril de 2010

Historía



LEYES...

Arta de tantas leyes me puse rumbo a un lugar que siempre me ha gustado y que allí no hay leyes ni mandatos en los que no se pueda hacer algo. Asique me puse rumbo par Canarias. Al llegar allí esperaba algo un poco más alegre, pero lo que me encontré fue lo mismo que en mi pueblo. Dictaduras y leyes.
Esas niñas estaban obligadas a trabajar, y me pidieron con lágrimas en sus caras bonitas que las alejara de ese sitio tan doloroso.
Yo apunto de llorar nada más verlas y pensar lo que le estaban haciendo.
Yo me llevé a esas niñas a mi pueblo, Cazorla.
Por el camino me lo agradecieron muchísimo y me dieron un colgante muy especial.
Era de oro y dentro tenía una especie de escritura que ponía: A quien esto posea un deseo le puedo conceder, pero si malo es…
Lo que seguía no lo podía ver porque estaba arañado.
Yo sin pensármelo dos veces deseé que la gente pudiera vivir en paz y que pudieran hacer lo que el corazón les diga, no lo que mande el rey.
Así el deseo no se cumplió al día siguiente, sino que pasaron hasta unos dos años.
Pero ahora estoy contenta…

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